martes, 21 de mayo de 2013

LA BATALLA DE ROCROI, 1643

Rocroi, esa misera tierra francesa, donde no menos de 21.000 soldados del Imperio Español, se batieron contra el francés, con no pocos tormentos y desdichas, y que al final, solo los valientes, los hijos de España, defendieron su honestidad, valor y gallardía en franca desventaja numérica, contra un enemigo que le temblaban las piernas al imaginarse tener que enfrentarse a las filas de picas levantadas en lid y unos arcabuces que harían mella en sus corazas, hasta llevarles a lo más profundo del infierno.
Europa Siglo XVII
Fuente: www.pais-global.com.ar
Así se escribió en la historia la desdichada jornada de Rocroi, en el año del señor de 1643, que la literatura francesa se esforzó por divulgar y adulterar, creando una gran victoria frente al más poderoso enemigo, y que hoy trataremos de defender y ser lo más veraces que podamos.
Pero antes debemos retornarnos unos años atrás, para que podamos entender lo que allí aconteció la mañana del 19 de Mayo de 1643. Reinaba en España "el rey planeta", Felipe IV de España, en un imperio, el español, que ya estaba más cerca del fango que de los cielos, como antaño se vio en lo más alto de la cúspide europea. Enfrascados en unas largas y costosísimas guerras, rodeado de numerosos enemigos, que acabarían por asfixiar al gigante español. La continuación en 1621 de la guerra con los Países Bajos, la declaración de guerra francesa en el año 1635 y las revueltas en Portugal y Cataluña en 1640, no hacían más que aumentar los frentes de batalla a la que la Corona debía combatir. Ahora su flamante ejército, era dirigido por Francisco de Melo, noble portugués, sin experiencia militar, pero si con fortuna hasta el acontecimiento del que hoy trato, que llegó a pedirle al monarca español: "Pruebe Vuestra Majestad cuanto quiera de mi voluntad pero no más mi fortuna", palabras pronunciadas después de las victorias en Honnecourt el 26 de Mayo de 1642.
Francisco de Melo
Fuente: en.wikipedia.org 
La entrada de Francia en la Guerra de los Treinta Años, no hizo sino acrecentar el frente español, que ahora debía combatir al monarca francés aliado de los protestantes de las Provincias Unidas. Francia presionaba en el Franco Condado y en Cataluña, y desde Madrid se tomó la decisión de invadir el reino galo desde las posesiones de Flandes, a las que comandaba Melo, por lo que se inició la ofensiva para poner en jaque las fuerzas francesas. El camino español de los Tercios de Flandes, había sido ahogado por los franceses ya en el año 1622, por lo que el aprovisionamiento de los Tercios era escaso e insuficiente. Pero aún así la ofensiva para invadir el país galo y descongestionar las fronteras españolas. Melo era partidario de la invasión y así se la comunicó a Felipe IV dos años antes. Puestos en marcha los preparativos , ahora cabía la tarea dura, ¿Por dónde invadirían Francia?. Melo conocedor de que el Duque de Enghien, estaba acantonado en Amiens, en la frontera francesa esperando sus movimientos, decidió tejer una estratagema, haciendo creer al francés que pasarían por Guisa y Vervins. Las fuerzas de Melo y su general Isemburg  partieron el 11 de Mayo hacia Vervins, pero cuando se supo que los franceses habían mordido el anzuelo, giraron el rumbo bruscamente al sur y pusieron rumbo hacia la fortaleza de Rocroi, que era el objetivo principal de Melo para asediarla. El sitio se levanto tan rápido que los propios lugareños no tuvieron ocasión de emplazarse dentro de la ciudad, teniendo que huir a localidades vecinas como la de Sevigny la Foret. Pero el ardid tuvo un éxito momentáneo, el que permitió cruzar la frontera sin presentar batalla al enemigo, pero Enghien tan pronto como se enteró de la maniobra de Melo, puso una marcha desorbitada hacía Rocroi, ya que no podía permitir que los españoles rindieran la plaza y continuaran su incursión hacia en centro francés. El día 18, de mañana, la avanzadilla de caballería francesa llegaba a Rocroi y en poco tiempo lo hacía el resto del ejército. El trascurso de ese día las diferentes fuerzas que sumaban 21.000 efectivos, número arriba número abajo, de ambos ejércitos se dispusieron a colocar sus fuerzas sobre el terreno. Visto esto por Melo y en reunión con su ayudantes de campo, se decidió mandar una mensajería a Beck que esperaba con 3.000 infantes en la frontera para apoyar la incursión imperial.
Plaza fuerte de Rocroi en la actualidad
Fuente: fr.questmachine.org
Para el comandante de los Tercios de Flandes, los franceses llegaban allí para reforzar la plaza de Rocroi, y no para presentar batalla, lo que será un gran fallo, ya que esto conducirá a la mala colocación de las fuerzas de Melo sobre el campo de batalla, al no esperar que los franceses atacaran. Melo no empezaría la batalla sin su afamado hombre de armas, Beck, y por eso las ordenes de los tercios eran defenderse hasta la llegada de las fuerzas de Beck, 3.000 infantes y 1.000 jinetes. Sirot, que estaba en la retaguardia francesa en Rocroi, afirmaría en sus memorias, que los castellanos abrieron fuego al caer la noche contra el campamento francés, causando 2.000 bajas, pero la historiografía francesa no lo ha prestado atención y lo ha ocultado, ya que su versión de la batalla es bastante fehaciente  y eso no interesaba a los franceses, que querían crear el mito de Rocroi. A las 3 de la madrugada comenzaron las hostilidades en el campo de batalla, ya que Enghien lanzó su caballería contra los flancos imperiales, al ver el desorden el el posicionamiento en la batalla que tenían las tropas de Melo. Fontaine, que era el maestre de campo general, un ilustre militar de 66 años,  coloco a valones, italianos y alemanes en el centro, con los españoles por detrás, y las caballerías en los flancos, y mandó a 500 arcabuceros, las fuentes francesas hablan de 1.000, se colocaron en un soto, entre la arboleda para causar la sorpresa a la caballería francesa. Así se hizo y la caballería gala ataco los flancos españoles, que defendido el izquierdo por Alburquerque, repelió a Enghien 2 veces, y en retirada la caballería y descolocada, Alburquerque atacó haciendo se con varias piezas de artillería francesa, aunque Fonteine no lanzó a la infantería contra el campamento galo, lo que hubiera permitido una victoria rápida, y ese error se pagó cuando la caballería gala se reorganizó y volvió a atacar los flancos españoles, por lo que no pudo ser repelido esta vez y se causó grandes bajas, además los arcabuceros del soto se vieron rodeados y masacrados por los franceses. Además en esta última carga la infantería francesa apoyó la carga por lo que el flanco derecho de la caballería imperial cayó y muchas fuerzas se dieron a la huida como los alemanes y valones, sólo la situación pudo ser revertida con la entrada de los castellanos que repelieron a los franceses.
Tercios Viejos de Flandes
Fuente: www.3djuegos.com

Fuente: www.unapicaenflandes.es
Enghien había conseguido crear el desconcierto en las fuerzas de Melo, que sin Beck se veía sin ideas para detener a los franceses y esperaba fervientemente la llegada de este, y mandó a los tercios resistir. La artillería francesa volvió a abrir fuego contra las tropas de Melo, y este viendo que la batalla estaba perdida y que los refuerzos no llegaban, ordenó la retirada de los tercios. Los italianos abandonaron el campo de batalla, y llegando Beck a las cercanías de Rocroi se encontró con ellos, y le comunicaron el revés en la batalla, por lo que Beck decidió no acudir en auxilio de Melo. El luso decidió abandonar la batalla y sólo los tercios viejos de Flandes decidieron aguantar, bajo el mando de Villalva y Pérez Peralta. La artillería y las cargas de caballaría iban aniquilando las defensas españolas, aunque estos resistían con afán, ¡Hasta 5 cargas de caballería, sin apoyo de su artillería!. Viendo Enghien la valentía de los tercios castellanos les ofreció una rendición honrosa, salir en formación de batalla, conservando sus estandartes y armas, sabedor de que los refuerzos de Beck estaban al llegar, aunque nunca lo hicieron, y viendo que los castellanos resistían y que sus bajas empezaban a ser abultadas. Uno de los dos tercios de castellanos aceptó la rendición pero el otro no. Tras dos horas de lucha a las 10 de la mañana se decidió aceptar la rendición honrosa de Enghien, a los que calicó a los castellanos como "muros de carne" que sus fuerzas no eran capaz de aniquilar.
Algunos historiadores calculan que en la toma de Rocroi fueron capturados 3.286 prisioneros, pero no se ponen deacuerdo en donde fueron entregados estos prisioneros. Unos dicen que 2.000 de ellos fueron entregados en Fuenterrabía y que se marcharon a sus casas, otros que se fueron a engrosar las filas de Cataluña, pero lo que es cierto es que en Flandes las filas de hombres fueron llegando el 7 de Noviembre de 1643, y otros en Junio de 1644. Por lo que nos cabe pensar que más que ser aniquilado el ejército castellano en Rocroi, acrecentó las filas en Flandes, Cataluña y Portugal.
Ferrer Dalmau, Rocroi 1643
Fuente: lasirenitasurfea-sirenita.blogspot.com
D e lo que se encargó la historiografía francesa fue de acrecentar las bajas de los castellanos, que para nada tienen que ver con las cifras que dan, y les colocaron el apelativo de "Tercios de Sangre" más tarde. Como al igual es falsa la afirmación de la frase "¿Cuántos sois? -Contad a los muertos y prisioneros", que nunca se produjeron, fueron añadidas por el cronista italiano Vittorio Siri. Lo que se produjo en Rocroi no fue el fin de la invulnerabilidad de los Tercios, ya que estos habían sufrido otras derrotas otros años antes como ejemplos La Goleta (1574) o Las Dunas (1600), sino una batalla que trajo como resultado la incapacidad de Melo para llevar un ejército y la visión de unos Tercios que se estaban anquilosando en el pasado, y los que su rey y sus comandantes habían dejado a su suerte en la jornada de Rocroi. Pese a la derrota, los Tercios demostrarían una vez más en Europa la eficacia que tenían, como la ocurrida en Valenciennes o Tuttlighen años más tarde. Según los datos de Alburquerque, Enghien tardó más de un mes en volver a recomponer su ejército, por lo que se puede sopesar que las tropas francesas sufrieron más bajas que los Tercios comandados por Francisco de Melo. Pero de Rocroi se saca una idea, los Tercios perderían en territorio francés y ya no volverían a tener el peso militar de décadas anteriores y conforme a la decadencia de su imperio y su monarquía, los Tercios decayeron por igual. Francia acabaría sustituyendo a España como eje en Europa, lo que hará que la monarquía de Luis XIV ser árbitro en los conflictos europeos durante el período siguiente.

miércoles, 1 de mayo de 2013

EL CAMINO ESPAÑOL DE LOS TERCIOS DE FLANDES

El camino español o "camino sardo" era el que emprendían los tercios españoles para llegar a las posesiones flamencas que la Corona española tenía en el siglo XVI y XVII, que comprendían los actuales Estados de Bélgica, Holanda y algunos territorios del Noreste de Francia. Esta zona muy rica por entonces era un foco de rebeldía contra la monarquía de Felipe II, el cual no escatimó en gastos para sofocarlos a sangre y fuego. Entre 1560 y 1564 se produjo la rebeldía de los territorios flamencos, ya que la intransigencia religiosa que el Cardenal Granvela imponía en los dichos lugares hizo que la nobleza flamenca pidiera al monarca español que sustituyera a su ministro. Felipe II accedió a las peticiones y lo depuso en 1564, creyendo este que acabaría con lo que él creía que era simples revueltas, dejando el control de las provincias flamencas en manos de un Consejo de Estado con una mayoría en el de la nobleza flamenca. Pero en Flandes se estaba preparando un caldo de cultivo que le explotaría al monarca dos años después, con la rebelión en masa de los estados del Norte, actual Holanda. La religión calvinista había arraigado entre las gentes del lugar y el fervor católico de la monarquía de Felipe II, en tanto
Fuente: www.elcaminoespanol.com 
muy opresiva con las nuevas ramas religiosas del cristianismo, hizo que tras fracasadas las negociaciones con la nobleza, tuviera que recurrir a la segunda vía, la represión. Para ello se le encomendó la misión al Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, quien tenía la misión de devolver a la calma a las provincias norteñas que los Austrias poseían. Éste sería el primero en atravesar Europa por el famoso "paso sardo" en 1567, ya que la ruta marítima se había perdido desde que los franceses arrebataran el puerto de Calais a los ingleses en 1558, por lo que España perdió un punto de aprovisionamiento y perdió el apoyo de Inglaterra, la cual culparía a Felipe II de no haber apoyado a los ingleses a mantener la plaza. Si sumamos a esto, que las relaciones entre ambos reinos no iban bien, y que el paso del Canal de la Mancha estaba infestado de corsos británicos y holandeses, estos últimos llamados "los mendigos del mar" que fueron expulsados por tomar parte en las revueltas en 1567 y que fueron utilizados por el Conde de Orange, y por lo olvidar a los hugonotes franceses, que contaban con 70 bajeles, y que ya habían hecho algunas correrías en el golfo de Vizcaya; siendo aliados de los flamencos por tener las mismas creencias religiosas, hacia muy difícil la travesía marítima por el posible ataque a los barcos españoles. 
Fuente: www.elcaminoespanol.com 
Por todo esto se decidió que la ruta terrestre, aunque más larga, sería la más segura, ya que los Tercios pasarían por los territorios de la Corona y por otros territorios influenciables por esta, (los hombres a pie podía hacer la distancia de 23 kilómetros diarios, mientras que en barco con el viento favorable se hacían unos 200). La distancia que separaba a las tropas españolas de Flandes eran unos 1.000 kilómetros aproximadamente desde Génova, más los sumados desde el puerto desde Barcelona, hacían 3.950 kilómetros en total.
El primer camino, como ya dije antes, lo cubrió el Gran Duque de Alba, saliendo desde el puerto de Barcelona con tropas y dinero, hasta llegar al puerto de Génova, primera parada que hacían para el avituallamiento y levantamiento de las tropas italianas acuarteladas y seguir el viaje pasando por El Milanesado, hasta los territorios de Saboya, aliados de la Corona desde el tratado de Groenendal en 1559. La alianza de Saboya y España era fructifera para ambas partes, ya que Saboya buscaba arrebatar territorios a Francia y necesitaba la ayuda de España, y para los españoles porque aseguraba el paso libre de sus tropas por el territorio.
Pero dicho camino, no fue descubierto ni monopolizado por los españoles, ya existía desde mucho antes siendo una ruta de mercaderes, que utilizaban la ruta invernal del Monte Cenis y el Maurienne, y la veraniega de el Pequeño San Bernardo y el Tarantaise. Un años antes de la partida de Alba, Francisco de Ibarra envió un ingeniero con 300 zapadores para hacer el camino más ancho para el paso de las tropas. Para el paso de las tropas por el "camino español" se necesitaban mapas, y en el primer viaje del Duque de Alba se llevó los planos de Fernando de Lanoy, y en otros casos en los que se carecía de mapas en algunos territorios se utilizaba a los pobladores del lugar para que hicieran de guía.
Siguiendo el camino, que estábamos en la parada de Saboya, el camino seguiría por el paso del Franco Condado, de posesión española, para seguir por el Estado de Lorena, feudo neutral en el cual se acordó con los franceses el libre paso de las tropas de ambos países siempre y cuando no pernoctaran más de dos noches en los dichos territorios. La velocidad media de los Tercios sería de 12 millas por día, siendo la vez que más rápido se transitó con la velocidad de 23 millas diarias, teniendo una duración de 32 días en la marcha hasta llegara a los Países Bajos, en 1578 con una fuerza de 3.000 soldados, y recordemos que el Duque de Alba llevaba a su cargo a 10.000, por lo que debemos considerar que su marcha fue rápida para el número de fuerzas que llevaba, ya que a más soldados más lento se transitaba por el "paso sardo". Pasado el Estado de Lorena, las tropas llegaban al Luxemburgo español, y acto seguido llegarían a las tierras del Obispo de Lieja, llegando ya por fin a su destino, Flandes.
Fuente: www.elcaminoespanol.com 
Pero el camino no solo se componía de la calzada por donde debían ser guiadas las tropas hasta su destino, sino que era necesaria las paradas para el descanso y abastecimiento. Los españoles se sirvieron de las etapés o sistema de abastecimiento que usaron los franceses en sus pasos de tropas desde Francia hasta los estados italianos, y una vez retirados los franceses en 1559 de las posesiones italianas, estos quedaron intactos y en uso, por lo que las tropas españolas se sirvieron de ellas. Pero estos centros de abastecimientos no llegaban hasta Bruselas, por lo que el Duque de Alba tuvo que implantar otros más adelante para poder asegurar la llegada de las tropas en sucesivos años. El sistema de etapés era sencillo, grupo de hombres llevaba los llamados billets de logement que equivalía a las personas y caballos que podían pernoctar en una casa, de las cuales eran utilizadas las propias de las etapés y las de los pueblos circundantes. Para administrar todo esto, había unos controladores en cada etapés al que al partir las tropas, los lugareños presentarían los antes mencionados billetes para el cobro por haber dado alojamientos a las tropas.
Para realizar el "camino español" era también necesaria la ayuda de un comisario especial, que se encargaba de ir desde Bruselas a el Milanesado, para acordar con Saboya, Franco Condado, Lorena y Luxemburgo cual sería la vía por la que los españoles pasarían, los alojamientos, los víveres y el precio de todo el montante. Las ofertas de las etapés las hacía cada letrado, y aunque nos parezca extraño ya en estos tiempos había la ley oferta y demanda, por la que cada letrado de su lugar provincial era rival del otro, ya que los beneficios que generaban los Tercios por las tierras que pasaban eran muy suculentos. Una vez el comisario especial acordaba por las tierras que pasarían y contrataba los servicios de estos letrados locales, estos pasaban a llamarse Asentistas, y debían proporcionar todo lo necesario para el cobijo de las tropas. También debían de proporcionar mulas de carga para transportar su impedimenta. Cada compañía necesitaba entre 20 y 40 mulas que transportaban entre 200 y 400  para los pasos alpinos, y de dos a cuatro carretas para los pasos llanos.
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Pero el camino español no siempre fue el mismo, ya que en 1622 Francia llegó a romper la ruta española, firmando un tratao con Saboya, en el cual la obligaba a no dejar pasar tropas de los Tercios por sus territorios, por lo que la Corona se vio en la tesitura de tener que cambiar la ruta. Se negociaría con los cantones suizos, con el fin de que las tropas pasaron por su territorio y pudieran pasar a la zona del Rhin, zona amiga por ser territorio de la Casa de Austria y de allí se llegaría a Flandes. Este camino pasaría ahora por el Milanesado a los Valles de Engadina y Valtelina, llegando a Landeck. Después se pasaría por las tierras alemanas hasta llegar a Lorena y de ahí a los Países Bajos.
Pero de nuevo Francia volvería a frustrar el paso de tropas por el corredor español con la invasión del Valle de Valtelina y la conquista de Alsacia. Pero más fue sufrida la toma francesa de Lorena por Luis XIII en 1663 lo que puso en jaque el aprovisionamiento de tropas españolas a los territorios españoles. Así moriría el camino español, ya no se podría pasar por aquellos lares con tropas hasta Flandes.